Podría darte muchas excusas, incluso justificadas, podría decir que ayer llevé un día muy ajetreado, que el tiempo no existe, que hay edades que ya no conviene recordar que siguen aumentando, que quizá es un indicio de un alzheimer remoto (esperemos que muy remoto), quizá sirvió para que ayer pensaras en mí...; pero ninguna me hace sentirme mejor por haber olvidado felicitarte ayer. Sabes que te deseo felicidad todos los días de tu vida, pero ayer era especial, era tu cumpleaños y yo lo olvidé. Me sabe fatal haberte fallado, quizá pienses que bueno, no es para tanto, sólo ha sido un día de retraso (hubo una vez que me adelanté un mes); pero yo sé que esperabas mi llamada y no se produjo y me da una rabia... En fin, puedo seguir dándole vueltas a lo mismo, pero como los sentimientos no son mi fuerte (aunque hayamos progresado algo, creo yo que bastante), lo condesaremos en un ¡lo siento!. Espero que no lo guardes en ese cajón de tu memoria que tienes para los errores que he cometido que no olvidas y no empieces a buscar explicaciones en energías negativas hacia ti que han hecho que me olvide o cosas por el estilo, ni mucho menos, sabes que te quiero y te queremos muchísimo, eso no lo cambia mi despiste. Como el tiempo no existe no puedo retroceder en él y hacer las cosas bien, así que tendrás que perdonarme y aceptar estas palabras como muestra de que de verdad, lo siento.