lunes, diciembre 17, 2007
Gris
Salamanca es gris, pero no el gris de los humos de los coches y las fábricas, sino el de los mil matices de las piedras, el de la historia, el de la materia gris del cerebro. Es una ciudad con un pasado tan vivo que se hace presente en cualquier calle. Una escapada al gris de Salamanca con su contorno aún matizado por los colores del otoño y sus noches iluminadas por los destellos de la próxima Navidad ha supuesto volver a cargar las pilas para superar estas ajetreadas semanas a la espera de las tan ansiadas próximas vacaciones.