miércoles, octubre 22, 2008
LA SILLA DE PARAR LAS PRISAS
Tempus fugit. Volando se fue el verano que trajo piso nuevo con la inacabable mudanza, algún día quizá escriba sobre eso, sobre como se acumulan cosas y sobre mi incipiente síndrome de Diógenes que me lleva a no querer deshacerme de supuestos recuerdos que acabo olvidando en el fondo de un cajón. El mismo verano nos regaló unos días de escapada a dos maravillosas ciudades: Praga y Budapest, a las que también cuando el susodicho tiempo lo permita debo dedicarles un post e ilustrarlo con alguna de las fotos con las que trato de retener el devenir. Pero el verano pasó, tardó lo que tarda en llegar el otoño. Y con la caída de las hojas llegó el nuevo curso y la rutina y el no parar y en Ikea siguen sin traer la silla de parar las prisas.
posteado por GAN |6:47 p. m.|